La idea del argumento del vídeo surgió durante una de las clases teóricas de P24 Noves Tecnologies Aplicades a l'Educació, en la que el profesor Jordi Adell nos alertó sobre la creciente costumbre de los adolescentes de colgar fotos en redes sociales sin ningún tipo de control. Adell utilizó este dato para justificar la educación de los alumnos como usuarios responsables de Internet.
Unos días más tarde, descubrimos en prensa una noticia coincidente con su explicación. Los resultados de una encuesta del Defensor del Pueblo y UNICEF -extraídos a partir de una muestra de 3.219 alumnos de entre 12 y 18 años- revelaban que el 42% asegura tener amigos a los que solo conoce a través de la Red; el 64% ha colgado imágenes privadas (tanto propias como ajenas) sin ninguna protección; y el 14% ha recibido propuestas sexuales. Buscando más información sobre el tema, encontramos el artículo de opinión Retos de la educación en la era digital firmado por los directores de las agencias española, vasca, catalana y madrileña de protección de datos, donde demandan abordar este problema desde el sistema educativo: “Ha llegado pues el momento de formar en una cultura de uso positivo de Internet que debe comenzar por aprender cómo controlar nuestra privacidad en la Red. Es por ello que, ante la incorporación a las aulas en estas fechas de millones de alumnos en nuestro país, resulta necesario poner de manifiesto que esta materia ineludiblemente debe incorporarse a los planes de estudio, incluyendo un aprendizaje que ponga en valor el uso de la información personal”.
Pero, ¿cómo será posible enseñar sobre Internet si quien a de hacerlo no sabe qué es ni tiene interés por descubrirlo? Muchos docentes, por comodidad o desconocimiento, se muestras esquivos a la hora de acercarse a las TICS. Niegan su relevancia y siguen enrocados en sus métodos educativos tradicionales, tanto en forma como en contenidos. Cuando les invitan a formarse, este perfil de educadores suelen contestar que ellos ya saben todo lo que necesitan. ¿Cómo lograr que cambien de opinión? Tocándoles la fibra. En la vida solemos hacemos las cosas por la motivación de la recompensa o por el miedo a las consecuencias. Como hace la Dirección General de Tráfico con sus impactantes anuncios, decidimos escoger la segunda vía, donde hemos jugado con su típica respuesta para elaborar nuestro mensaje final: ¿Estás seguro que lo sabes todo?
Una vez teníamos la idea argumentada, pasamos a redactar un guión que pecó de ambicioso. La historia que escribimos era demasiado extensa como para caber en sólo 30 segundos. Empezamos a filmarla en una cabina de la Biblioteca de la UJI con una pequeña cámara digital, un trípode, dos ordenadores portátiles y una bolsa de pegatinas de Hello Kitty como atrezzo. Después de 7 horas de rodaje, teníamos más de 30 minutos de bruto que debíamos condensar en un pequeño spot. El proceso de montaje fue la parte más difícil porque tuvimos que descartar una gran cantidad de escenas sin que el hilo argumental se resintiera. Primero, logramos una versión de 2 minutos, después otra de 52 y, finalmente, una de 34 segundos. Reducirla más nos fue imposible.
Cada uno de los miembros del equipo aportó sus conocimientos informáticos y experiencias previas con los programas que hemos utilizado, por lo que los unos pudimos aprender de los otros. El montaje de las imágenes lo hicimos con el Pinnacle Studio. El audio lo grabamos y editamos con el programa Audacity. Conocimos las posibilidades y procedimientos del Messenger y descubrimos cómo subir videos a Youtube, a través de la cuenta en Google que nos abrimos para diseñar la página web de una unidad didáctica que estamos elaborando en la parte práctica de esta misma asignatura.
En definitiva, ha sido un trabajo atractivo porque nos ha permitido ser creativos aunque también laborioso por la gran cantidad de tiempo empleado. Por las nuevas herramientas que hemos descubierto, ha sido también muy provechoso y, esperemos, que acabe siendo útil si conseguimos concienciar a alguien, tal y como pretendíamos.